Llega la odiosa hora de comparar, de alabar y criticar qué hizo bien uno y qué hizo mal otro. ¿Por qué hubo tanta superioridad de un lado y por qué hubo tanto desprecio a la coordinación del otro? Fallas puede haber, claro, pero si estas se mantienen durante los 90 minutos no caben dudas que el destino del complicado terminará siendo el entierro.

San Martín vivió un infierno en 25 de Mayo y Chile. Atlético fue su némesis, su verdugo. Lo madrugó antes del cuarto de hora y luego lo fue descascarando minuto a minuto. El 1-0 de Lenci se gestó producto de una pifia de López. Y qué pifia. Se autoflageló el central fallando un pase con intenciones de gol de Barrado; le sirvió en bandeja una definición notable al grandote "decano" quien, con tiempo y forma, incrustó su misil sobre el paralelo del palo derecho de Ojeda.

Esa acción, forjada culpa de blooper y concebida por un gran desarrollo técnico, marcó las pautas de lo que iba a suceder en el Monumental. Atlético se floreaba, San Martín lo lamentaba. Si no era por abajo, el dolor de cabeza venía por arriba. Y si no había temblor en el medio, el descalabro se armaba por las bandas. Lisa y llanamente, los 11 de La Ciudadela se marearon cual púber en el samba. Si encaraban, perdían; si intentaban gambetear, tropezaban; si se animaban a salir jugando de atrás, el segundo pase era lateral en contra.

Para colmo, Barrado era la luz de la tarde y Becica un cuarto oscuro de impotencia, a tal punto que vio la roja por guapear a Acosta. Salvedad aparte, si al "santo" se le cayó un solo ángel fue porque Montero fue su Dios. Les perdonó todas a la visita, hasta una patada voladora de De Muner al pecho de "Bebé".

En el acto dos, Atlético repitió fórmula. Amagó al comienzo y liquidó el tema antes del cuarto de hora. A los 7', Malagueño fue un pájaro en la zona caliente. Se elevó más que cualquiera y cabeceó con inteligencia al palo zurdo de un Ojeda vencido. El 2-0 era el número que le faltaba en su cartón a San Martín para completar una tarde para el olvido.

CLAVES
1- No hubo rivalidad real en cancha. Atlético superó de punta a punta a un San Martín anémico. La visita fue un canto a la violencia. Cáceres, López y De Muner patearon a voluntad. Con y sin pelota. Se olvidaron de jugar al fútbol.

2- Lo de Ariel Montero fue malo. No acertó una y para colmo liberó zona para que la visita golpee con y sin pelota. Expulsó mal a Becica y Acosta y dejó a López y a De Muner, que le pegó una "voladora" a Acosta, en cancha.

3- El saldo deportivo para "RR" y la gente fue positivo. Vieron a un Carabajal temible, a un Barrado en llamas y a un Lenci que promete goles. Ninguno de los 11 desentonó. Al chico Cuevas le costó, pero seguro tendrá una nueva oportunidad.

4- La zaga de Atlético fue un canto a la seguridad. La línea de tres le funcionó al técnico. Bianchi y Malagueño, además de mostrar buen pie, complicaron por arriba en las pelotas paradas. Y Romat fue salida por derecha. Cumplidor.